El nombre de La Burila es un homenaje a los primeros pobladores ancestrales de estos territorios cafeteros, es un nombre que proviene de un subgrupo indígena denominado Bulirás o Burilás de la extensa familia de los Pijaos. Tiempo después, en el siglo XIX, a la par de la colonización antioqueña del territorio del Quindío y el norte del Valle del Cauca, aparece la despiadada “Concesión Burila”, una adjudicación de tierras amparada en dudosos títulos, concedida a las elites nacionales y que comprendía un extenso territorio entre Bugalagrande y el Páramo del Quindío, incluyendo los actuales municipios de Zarzal, Sevilla, Caicedonia, Génova, Pijao, Buenavista, Córdoba, Calarcá y Armenia. Esta empresa practicó el despojo de los primeros colonos y fomentó la concentración desmedida de tierras basada en la violencia y la persecución. Esta palabra generó incertidumbre en nuestros antepasados quienes forjaron nuestro Paisaje Cultural Cafetero. Por eso, este proyecto busca re-simbolizar este vocablo para devolverle su dignidad histórica.


En esta primera serie de videos, mostramos las acciones de gestores y sabedores que protegen el Paisaje Cultural Cafetero de Caicedonia y Sevilla en el Norte del Valle del Cauca.





La Burila, en esta primera temporada, exalta las acciones de gestores y sabedores que protegen el Paisaje Cultural Cafetero de Caicedonia y Sevilla en el Norte del Valle del Cauca, municipios que son víctimas de las tensiones de un ordenamiento territorial que no ha dado cuenta de las pulsaciones históricas del contexto que habitamos, ya que han desmantelado las instituciones que en antaño intentaron que estos dos pueblos hermanos colaboraran. Pero sobre todo, esta serie de contenidos narra cómo la cultura no es contenida por las fronteras político administrativas. Estas comunidades aquí narradas, ven la declaratoria de la UNESCO, como una alternativa para fortalecer el trabajo en conjunto y potenciar esta provincia cultural cafetera.


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